Meditación: El viento arrecia, parece que
la tierra se pone desierta, todo se oscurece...se va la Luz del mundo, y te
escucho decir: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen..." y de repente se oye un
grito desgarrador: "Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu".
Mi Dulce Jesús ha
muerto, mi Dios ha muerto...lo hemos matado. De nuestro corazón
aún hoy
lo arrancamos, la tierra tiembla...por eso nuevamente están aquí
las tinieblas. Tu
Cuerpo Santo cuelga inerte, pero a pesar del temor, un soldado con la lanza
abre Tu Costado, y brotan de Él
Tu última
gota de Sangre, y Agua. La Sangre de la Redención, el Agua del Perdón.
Así la Luz de Tu Misericordia nos baña en los sublimes Sacramentos que dejaste en Tu Iglesia Santa. Señor, mi Jesús amado, mi Redentor, me atrevo a pedirte a
Vos que me liberes hoy y me enseñes a pedir perdón, para mi sanación,
bañándome con los Rayos de Tu
Misericordioso Corazón. Que goce así
de la Nueva Jerusalén que algún
día veré.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz,
enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en
el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de
este modo vivas en mí y te pueda decir siempre sí. Amén.
Florecilla: Recemos la coronilla a La
Divina Misericordia dada por el mismo Jesús a Sor Faustina
Kowalska.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.