CARTA DEL PÁRROCO Y CAPELLÁN A LAS COFRADÍAS PASIONARIAS DE CALASPARRA 2016

Queridos hermanos cofrades de Calasparra,

Acabamos de comenzar el tiempo de Cuaresma con el rito de la imposición de la ceniza. Nos unimos a toda la Iglesia para poder vivir este tiempo de preparación a la Semana Mayor, la Semana Santa.

Invito a los cofrades a vivir “la Cuaresma de la Misericordia” a través del sacramento de la Reconciliación y con la posibilidad de recibir la indulgencia jubilar junto con nuestro Obispo el próximo domingo 13 de marzo en la catedral en la ciudad de Murcia.

Estamos en un año especial, leemos en  la Bula Misericordiae vultus, el “Rostro de la misericordia”, por la que el Papa Francisco nos ha convocado a la celebración del Jubileo Extraordinario que estamos celebrando, nos dice que: “la Cuaresma de este Año jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios”. “Tiempo oportuno para cambiar de vida, tiempo para dejarse tocar el corazón”.

El mismo Santo Padre nos marca, a continuación, un verdadero programa, para poder alcanzar esa experiencia de la misericordia divina, proponiéndonos:

a) Acercarnos a las páginas de la Sagrada Escritura. Cita al Profeta Miqueas, para invocarle a Dios que ama la misericordia, y al Profeta Isaías, al referirse a la oración, ayuno y caridad que espera de nosotros durante este santo tiempo.

No podemos dejar de acercarnos a tantas páginas del Nuevo Testamento en que se refleja en Jesús, es verdadero rostro, de la misericordia de Dios Padre, sobre todo en la Cruz del Calvario, porque como escribe san Pablo: “La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros”.

b) Participar en la iniciativa de 24 horas para el Señor, en unión con toda la Iglesia, en la noche del viernes 4 de marzo en el templo de la Merced y el sábado día 5, por la mañana en la capilla de las Hermanas Franciscanas y por la tarde en el templo de la Merced.

c) Recibir el Sacramento de la Reconciliación. Siempre en este encuentro con el Señor se experimenta, hasta sensiblemente, su cercanía y su misericordia. “Será para cada penitente, nos dice el Santo Padre, fuente de verdadera paz interior”. El perdón de Dios no conoce límites. Siempre está disponible para concederlo. Un verdadero cofrade se prepara con una buena confesión para vivir la fe estos días y seguir el camino del Señor.

d) Reflexionar y llevar a la práctica las obras de misericordia corporales y espirituales. Tocar la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan pan, vestidos, alojamiento, compañía. O aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar y rezar por quienes lo necesiten. “Son los pobres los privilegiados de la misericordia divina”.

e) Finalmente, la indulgencia jubilar adquiere también una relevancia particular en esta Cuaresma del Año Santo, “Cuaresma de la misericordia”.

En el sacramento de la Reconciliación Dios perdona nuestros pecados, pero queda en nosotros la huella negativa de nuestras bajas tendencias y comportamientos. La Indulgencia nos libera de todo residuo de pecado, haciéndonos crecer en su amor para no recaer. La Indulgencia nos hace partícipes de la santidad de quienes nos precedieron en la fe, de toda la Iglesia y, sobre todo, de la Virgen María y de Jesucristo Nuestro Salvador y Redentor.

2. Aprovechemos este tiempo de Cuaresma tan favorable para nuestra conversión, que siempre necesitamos. Atravesemos la Puerta de la Misericordia señalada en la Diócesis, al tiempo que invito a los hermanos y hermanas Cofrades, enfermos o ancianos a obtener esta Indulgencia jubilar “recibiendo la comunión o participando en la Santa Misa y oración comunitaria, incluso también a través de los medios de comunicación, con una reflexión sobre la misericordia divina y una oración por las intenciones del Papa”.

Que nadie olvide tampoco, por eso lo recuerdo, que esta Indulgencia jubilar se puede alcanzar también a favor de los difuntos: “Rezando por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libre de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin”.

Que nuestras Cofradías de Semana Santa crezcan siempre en la alegría de ser instrumento al servicio de Dios y de los hombres, y para que dentro de la hermandad universal de la Iglesia, siembre este mundo de amor, como figura del Reino de Dios.

Que en este tiempo nos preocupamos en preparar procesiones y otros actos, para que no descuidemos la preparación interior, para celebrar con coherencia de fe y vida los misterios de nuestra redención. 

Unidos en la oración y el trabajo por nuestra querida Semana Santa.

                                         



                                    Rvdo. Jose Manuel Martinez Rosique


                                Capellán del Cabildo Superior de Cofradías de Calasparra